Reset Password
If you've forgotten your password, you can enter your email address below. An email will then be sent with a link to set up a new password.
Cancel
Reset Link Sent
If the email is registered with our site, you will receive an email with instructions to reset your password. Password reset link sent to:
Check your email and enter the confirmation code:
Don't see the email?
  • Resend Confirmation Link
  • Start Over
Close
If you have any questions, please contact Customer Service
Hookup, Find Sex or Meet Someone Hot Now

No, no es sencillo atreverse a hacer un trío…  

Dec1d1d0s 61M/59F  
151 posts
3/28/2020 11:28 am
No, no es sencillo atreverse a hacer un trío…

Yo era muy celoso, a grados extremos. Mi primer matrimonio fue con una mujer hermosa, pero demasiado traviesa. Me encantaban las delicias que sabía hacer conmigo, pero siempre sufría por las formas en las que imaginaba el cómo lo pudo haber aprendido. Ella me quería, pero jugaba su juego y no perdía oportunidad para tener siempre a alguien detrás de ella, hombres o mujeres. A mí me provocaba con la idea de juntarse con una chica y atenderme entre las dos, cosa que no me parecía tan desagradable, hasta que me preguntaba si haría lo mismo por ella, pero en compañía de un varón… ahí si explotaba y duraba enfadado un buen rato, pero cada vez menos, pensando que solo era una forma de divertirse conmigo.
De forma extraña, una de tantas noches tuve un sueño en el que éramos atacados por un grupo de vándalos en moto, que me sometían mientras “abusaban” uno a uno de ella. Y entrecomillo la palabra “abusaban”, porque, aunque se resistía, al final se notaba que lo gozaba… cada arremetida, cada beso, lamida o mordida, cada eyaculación, la hacían gemir de una forma que a la fecha no borro de mí memoria. Fue un sueño en el que sufrí mucho, pero al despertar, tenía una tremenda erección. Duré mucho tiempo que al recordar, me excitaba y me provocaba a tener relaciones más intensas con mi mujer. Terminé por contarle mi sueño, y después pasamos a fantasear por igual con la idea de que ella estuviera con otro hombre o que hiciéramos un trío con una mujer. Con tanta imaginación, disfrutábamos largas noches de sexo y a veces nos íbamos a trabajar sin haber dormido nada, cosa que exacerbaba siempre mi apetito sexual y mi perversa imaginación.
Aun así, mis celos seguían estando presentes, y la idea del trío con otro hombre me asqueaba pensando en que tal vez nos tocaríamos estando entrelazados con ella…
Pero finalmente, ella sabía lo que buscaba y en una de esas fantasías, por fin se cumplió lo que siempre me había temido: tuvo relaciones con otro hombre, con mi previo consentimiento.
Ya el día del suceso (un viernes), mi reacción fue tremenda: celos, palpitaciones, dolor de estómago, como si allí tuviera una piedra ardiente, excitación al tope… realmente puedo decir que desvariaba y que cuando al final llegó a casa, la traté rudamente y la poseí con una violencia, que subía y bajaba conforme me iba platicando lo sucedido: cómo se desnudaron, cómo se acariciaron, la forma en la que lo recostó para hacerle el sexo oral y después empezar a montarse en su pene. El modo en que Él la tomó de las caderas para, de un jalón, penetrarla completamente, y las distintas posiciones que hicieron durante una hora, hasta que finalmente se vació dentro de ella, para después restregarlo en sus senos y meterlo en su boca hasta que lo dejó limpio y seco. Ella no se bañó para que yo pudiera constatar la veracidad de la historia, y en ese punto de la narración, yo me rendí a mis deseos y bajé a paladear todos esos rincones de ella, por donde me empezaron a salir los cuernos. Nunca, nunca había estado antes tan excitado, a pesar del dolor de estómago y el sentimiento de que mi pene se partía en dos. Lo hicimos toda la noche, dormimos un rato por la mañana, y seguimos haciéndolo todo el fin de semana… nuestras ganas no podían apagarse.
Llegó el segundo, y fue igual de excitante, aunque por mis celos, casi nos divorciamos. Finalmente entendí que no me podía alejar de eso, que me gustaba alcanzar ese grado de excitación, y volví con ella y regresamos a las andadas.
Con lo aprendido, hicimos una mejor selección de su tercer amante, incluso añadimos la esperanza de que la embarazara, ya que yo no había lo logrado aún. Tuvo con él dos, tres salidas en sus días más fértiles, con él eyaculando en su vagina también en varias ocasiones. Disfrutamos al tope cada vez, y la excitación se mantenía hasta que le venía la regla. Entonces, a empezar a fantasear de nuevo con el siguiente encuentro.
Pero ¡qué caray! Por azares de la vida, él se mudó a otra ciudad y se complicó su siguiente reunión. Decidimos que lo viera en una ciudad intermedia a donde podíamos viajar durante el siguiente puente. Reservamos dos habitaciones con la idea de que tal vez, yo poder escuchar afuera de su habitación, o hasta quizás, atisbar un poco por la ventana… aún me parecía imposible que estuviéramos juntos los tres en la misma habitación…
Pero insisto… ¡Qué caray con los azares del destino! El hotel estaba sobrevendido… Ninguna habitación disponible en todo Ixtapan de la Sal… con dificultad conseguimos una sola habitación con solamente una cama matrimonial… no había más que ofrecerle compartir la habitación y ver qué sucedía.
Él llegó unas horas después, aceptó la propuesta con la idea de, al día siguiente, poder conseguir otra habitación y hacer aquellito para lo que habíamos hecho el viaje. Parecía que esa noche y a pesar de lo excitados que estábamos los tres, íbamos a dormir tranquilitos… ¡Qué va! Ella sabía perfectamente cómo nos quitaría los remilgos.
Ella se metió al baño para que nosotros nos preparáramos para dormir. Pensé que saldría ya con su camiseta escotada que usa de pijama, pero no… se paró enfrente de la cama y nos dijo: “Cierren los ojos que me voy a cambiar”. No voltee a verlo a él, pero seguramente, como yo, tampoco cerró los ojos, sino que disfrutamos plenamente de ese streap tease en el que, discretamente, nos ocultaba algunas de las partes de su cuerpo que más queríamos ver. Al final, nos miró con ojos de pasión mientras decía: “mi esposo a un lado, mi amante al otro… ¿y yo qué? ¿salgo a darme de topes en el pasillo? Le respondí que tuviera tranquilidad y que solo deslizara su cuerpo en medio de los dos, que pronto tendría lo que necesitaba.
Permanecimos en silencio y casi inmóviles por cinco minutos. Ella pegó a mí su trasero, y ya la camiseta se había levantado lo suficiente para sentir la piel de sus glúteos. Mi pene también se había salido de la trusa, y sin problemas, de forma automática había penetrado la cabecita al interior de una mojadísima vagina. Del otro lado, ella recargaba su cabeza en el hombro de su amante mientras su mano empezó a acariciar su pecho y a bajar lentamente hasta el resorte de su calzón. Entonces pregunté… ¿vamos a hacer algo?
La respuesta que se escuchó fueron sus bocas besándose con furia. Ella agarró con firmeza su pene y lo sacó para agitarlo con fuerza… estaba tan duro y ya escurriendo, como el mío. Se fue doblando hasta poder llegar a él con su boca y lo besó y lo mamó solamente para comprobar que estaba listo.
Mientras él tiraba las sabanas al suelo, ella se volvió hacia mí para besarme y después se montó sobre él. Yo estaba prácticamente paralizado de los nervios y muy, pero muy excitado. El espectáculo era asombroso y yo disfrutaba viendo como mi mujer se movía descocadamente clavada en el pene de aquel hombre, lo abrazaba y lo besaba a cincuenta centímetros de mí. El no dejaba de acariciarla, magrear sus pechos y disfrutar de aquellos fantásticos movimientos. De repente se doblaba un poco para besarme y acariciar mi pene, comprobando así que mi calentura estaba al tope. Con ello me destrabé un poco y arrimé mi mano para penetrar su ano con uno de mis dedos, ella empezó a gritar y a escurrirse como nunca antes lo había hecho.
Un rato después, cambiaron a la posición del misionero. Cuando ella subió sus piernas a los hombros de él, me arrime para besarla, Entonces el cargó todo su cuerpo sobre sus piernas y la dobló por completo, entonces ya la besábamos los dos cuando él se empezó a venir a chorros dentro de su vagina y quedó tendido sobre ella por un rato. Cuando se levantó a asearse, yo tomé su lugar… fue increíble la sensación de esa vagina caliente inundada por el semen de aquel macho, apenas si pude durar cinco minutos y también eyaculé hasta lo más profundo de ella.
Después de eso, solo me deslice hacia un lado. Él se acurruco del otro y nos quedamos profundamente dormidos mientras nos repegábamos a ella y apretábamos ligeramente sus carnes. Lo que no creía posible había sucedido: Un “trío” con mi mujer y otro hombre… aunque hasta ese momento todo había sido muy sencillo, lo mejor estaba por venir en lo que quedaba de ese fin de semana


ccrew09 31M  
32 posts
3/31/2020 9:32 pm

Que buena historia, gracias por compartir esa primer experiencia


Dec1d1d0s replies on 4/1/2020 6:28 am:
100% real

Edua2013sw 57M

4/2/2020 2:50 pm

excelente y muy exitante relato


Dec1d1d0s replies on 4/5/2020 8:51 am:
gracias... hoy uno nuevo...

penede20cmsslp 52M
19 posts
6/28/2020 12:29 pm

Interesante el tema, creo que más que nada es un asunto de confianza!


Dec1d1d0s replies on 9/16/2021 5:40 pm:
Y de ganas!
En verdad debe ser uno muy caliente!

bver18 46M
29 posts
9/22/2020 9:53 am

Excelente relato tres cuatro uno unosiete unocero dos cuatro. Es padre experimentar pero los tabus y el machismo no oo deja a uno ser feliz.

Saludos


Dec1d1d0s replies on 10/4/2020 3:28 pm:
Asi suele pasar... y tú? te avientas?

LuiggyHotGdl2020 56M

6/11/2021 6:11 pm

suena intenso...
la verdad se me haria muy dificil hacerlo (creo)141


Dec1d1d0s replies on 9/13/2021 11:06 am:
No te imaginas lo rico que es!

Become a member to create a blog