Busco una conexión erótica contigo. Si no comulgas con mis gustos, por favor, no me aceptes como amigo si recibes mi invitación. No entiendo por qué las que aceptan ser mis amigas, nunca me responden cuando las saludo. A pesar de saludarlas y abordarlas educadamente, nunca me responden. En fin... Me gusta el erotismo, la fantasía sexual y erótica contigo, sin vulgaridades (si las quieres, también). Quiero descubrir tu sensualidad, tu fogosidad y tu imaginación erótica, quiero que nos dejemos llevar por nuestra imaginación sexual. LUIS: Tu mano jugando en mi muslo me invita a abrirme más mis piernas. MARÍA: Luis, ¿te gustó lo que viste? LUIS: María, dijiste que este es nuestro secreto. MARÍA: Subo un poco más mi mano en tu muslo, y mis uñas presionan mucho más sobre tu piel, provocándote un poco de dolor que te hace reaccionar. LUIS: No puedo evitar soltar un gemidito al sentir tus uñas en mi muslo. "Mmmm.... María, sé que no vas a decir nada, me estás tomando el pelo, no me inquietes". Como estoy cansado de haberme acostado tan tarde estudiando, me recuesto totalmente al espaldar del sofá. No puedo evitar soltar un gemidito al sentir tus uñas en mi muslo. Mmmm.... MARÍA: “Hahaha… sabes que no lo haré, por el cariño que te tengo, ¿cierto? Pero no dudes que en una próxima oportunidad claro que se lo digo a mi pobre hermanita". LUIS: "Bueno, disculpa que te haya espiado. Ya vas a hacer que me arrepienta de haberlo hecho". MARÍA: “Pues claro que debes estar arrepentido, Luis”, te digo mientras clavo mis uñas en tu muslo, con un poco de fuerza lo suficiente para hacerte reaccionar y vuelvas a levantarte, que es como quiero que estés, atento a mí y el escote que traigo. LUIS: “¡Ay, María! Tampoco es para que me claves esas uñas así. No te molestes”. Me levanto casi que de un salto y me coloco casi delante de ti. Te observo, contemplo tus grandes melones... MARÍA: (Muy a propósito, había dejado un poco más suelto mi escote, revelando un poco más de mis redondas y deliciosas tetas, al ver los ojos de Luisito posarse en ellas, tal como había previsto). LUIS: De pie ante ti, no hago más que contemplar tus deliciosos melones. En modo de broma, me arrodillo ante ti y junto mis manos en ademán de rezar: "Ay, María, perdóname por todos mis pecados, por haberte espiado y que me haya gustado". Apoyo mis codos sobre tus rodillas, las piernas las tienes semiabiertas. MARÍA: “Hahaha… Tampoco exageres Luis, está bien, lo dejare todo olvidado”, te digo acariciando tus cabellos con mis manos, como queriéndote atraer sutilmente hacia mis piernas abiertas. LUIS: Ante mí tengo a María, de piernas abiertas, con un panorama muy cercano de sus pechos. Al sentir tus manos en mi cabello, echo mi cabeza hacia atrás. Mmmm.... MARÍA: Cojo tus manos y muy sutilmente las llevo a mis caderotas, recorriendo con ellas, y en círculos, sobre mis caderas y mis lujuriosos muslos. LUIS: Viendo que posas mis manos en tus caderas y dejas que mis manos las recorran y se paseen por tus muslos, cierro los ojos para disfrutar de la sensación de estar tocándote MARÍA: Acerco mis labios a tu oreja y susurro muy sensualmente: “¿Te gusta esa sensación, te gusta lo que tocas, Luis?” LUIS: “Mmmmm... Sí. Qué delicia sentirte así, tenerte así”. Abro los ojos al sentir tus labios en mi oreja y volteo la cara hacia ellos. Me atrevo a tocar tus labios con los míos. MARÍA: Ummm… También abro mis carnosos labios para saborear tus dulces labios, mientras te tomo una mano y la llevo a mi escote para que palpes una de mis tetas exquisitas y sientas cómo comienza a ponerse dura. LUIS: Al sentir nuestras bocas juntas, suelto un suspiro de placer. "Mmmmm..." Prosigo a chupar tu labio inferior, al tiempo que mi mano comienza a regodearse acariciándote esas inmensas y deliciosas lolas. MARÍA: "Ummm, Luis…” exclamo con voz muy excitada, sedienta de tus besos y tus caricias. Con un movimiento armonioso, logro quitarme el polo pequeño y ajustado que llevo, para liberar ante tus ojos mis exquisitas y tremendas tetas. LUIS: Al quitarte hábilmente tu polo, nos despegamos del beso y quedamos mirándonos fijamente, mientras aprovecho con ambas manos a comenzar a masajear las enormes tetas que tengo delante de mí. Mientras las amaso con placer y cariño, nos vemos a los ojos. Sigo amasando tus placenteras tetas y te digo: "María, yo muero callado. De mi boca solo saldrán besos para ti". Y vuelvo a acercarme a tu boca para deleitarme chupando tus labios y recorriéndolos con mi lengua. MARÍA: “Ummm... Eso me gusta, está mucho mejor, Luis”. LUIS: Siento cómo meneas tus pechos y los restriegas contra el mío mientras nuestras lenguas juegan apasionadamente en un beso mojado, de mucha lengua. MARÍA: “Mmmm… Es una bonita sorpresa que sepas besar tan bien”. Mis manos sutilmente te quitan la camiseta que llevas y el corto short que traes, y te dejo apenas en calzoncillos. LUIS: "Mmmm..." Al dejarme en calzoncillos, no puedo creer que me estés gozando de esa manera. El bulto que se destaca del calzoncillo es enorme, duro. Me lo comienzo a frotar mientras te veo recostada del sofá y comienzas a acariciar tus tetas que tanto quiero besar. MARÍA: Me recuesto sobre el sofá, y me echo boca abajo, esperando que me goces. LUIS: Me quito el calzoncillo y procedo a colocarme encima de ti. Al sentir mi bulto rozando tus nalgas, te arqueas y paras ese culazo divino que tienes. Comienzo a frotar mi falo contras esas sas nalgas mientras mi boca busca tu cuello. MARÍA: “Ummm… Luis, ¿esto es lo que querías cuando me estabas espiando?”, te digo mientras cierro los ojos para sentir cómo me besas el cuello, mis hombros, y frotas tu rica y vigorosa verga entre mis nalgotas. Me meneo de un lado a otro facilitando el roce repetido de tu falo en mi culote mientras recorres mis nalgas. LUIS: Mientras me froto contra tus nalgas, te susurro al oído: "mmmmm.... María, así te quería. Quería ver cómo me dejabas gozarte". Me incorporo un poco y comienzo a bajarte la malla mientras me meneas ese culazo que tanto quiero. MARÍA: "Ummm, sí…" Dejo que me hagas lo que quieras. “Eres un loco mirón, Luis”, te digo riendo, mientras volteo a ver tu cara de gozón mientras me vas quitando la malla y revelando mis tremendas nalgas que solo quieren tu pasión y atención. LUIS: Al ir revelando esas nalgas y tenerlas desnudas ante mí, bajo hacia ellas para morderlas, besarlas y apretarlas. Suspiro de placer mientras veo cómo gozas y meneas ese culazo en mi cara. MARÍA: “Ummm sí”… Suelto un gemidito rico mientras volteo a ver cómo entierras tu cara entre mis redondas nalgas. Meneo mis caderas y siento cómo me comes el culo. Mientras te dejas llevar, puedes sentir cómo mi concha cachonda comienza a lubricarse lentamente. LUIS: Recorriendo a mordiscos y a lenguazos tus divinas nalgas, mi mano busca ansiosamente palpar lo mojada que estás. Tu pose arqueada me facilita el movimiento y encuentro esa concha húmeda, caliente y deseosa. MARÍA: Al sentir tu mano palpando mi humedad, dejo escapar un rico suspiro de excitación: "Ahhhh..." Me arqueo más para facilitarte el acceso a mi dulce cuca, ya mojada: “¡Ay, Luis, ay, Luis! ¿Qué me estás haciendo?", pregunto ansiosa. LUIS: “María, me encantas. ¿Te gusta lo que te hago" Mis dedos ya están jugando y explorando tu mojada concha, mientras te meneas y gimes de placer. MARÍA: “Ummm, así, Luis. Qué rico me haces gozar. Méteme los dedos, mi amor, chúpame la cuca”. Diciendo eso, te tomo la mano que mantienes en mi concha húmeda y comienzo a mostrarte cómo debes acariciar esa parte tan erógena de mí. Me haces sentir más y más caliente, mis gemidos comienzan a evidenciar mi éxtasis. LUIS: El ritmo de mi mano acelera, mientras meto y saco dos, tres dedos de tu hinchada concha. Mi miembro, caliente y tieso, sigue frotándose contra tu culo que ya comienza a sudar un poco. Tus manos las echas para atrás para abrirte más las nalgas y permitirme lamerte con todo gusto y libertad. MARÍA: “Ahhhh, siiii, Qué ricooo”, exclamo con cada lengüetazo que siento de tu boca que empapa el surco de entra mis nalgas. LUIS: Entre suspiros y gemidos, susurro: “¿Te gusta? ¿Lo estoy haciendo bien?” El sonido de los dedos entrando y saliendo de tu concha mojada es melodía para mis oídos, mi lengua te chupa, mis dedos los meto, los dejo adentro y hago círculos dentro de ti. MARÍA: “Ummmm siiiii, es delicioso lo que me haces, Luis”, te digo volteando a verte a los ojos, mientras no dejo de menear las caderas. LUIS: De pronto, te volteas boca arriba para descansar del peso que ejerzo sobre ti y te tengo frente a frente. Bajo mi cabeza para besar y morder tus hermosas tetas y a frotarme contra tu vientre, siento que tus manos se posan en mis nalgas. MARÍA: "Ummmm siii…" Te regodeas con mis lolas, cual bebé, y me encanta, me excita. Mis manos recorren tu espalda con mis afiladas uñas hasta tus nalgas que las aprieto para atraerte a mí. LUIS: Ambos frotándonos, gozándonos y gimiendo de placer, me incorporo un poco para respirar. Mi falo erecto, apoyado en tu vientre, ya comienza a gotear. Coloco mis fuertes brazos encima de tus hombros y me muevo hacia arriba. Mi falo quiere sentir la tibieza de tu boca. MARÍA: De inmediato entiendo tu movimiento sugerente y me preparo a recibir mi exquisito premio. Te agarro ese falo enorme para palpar sus dimensiones. Entreabro mi boca y cierro los ojos. “Mmmmm… dámelo, papi, dámelo”. LUIS: Encima de ti, con mi falo erecto a centímetros de tu boca, mis brazos fuertes me sostienen. Al sentir tus manos tanteando mi verga, cierro los ojos tras un gemido. Mmmmmm.... Juega, juega. ¿Te gusta?" MARÍA: “Ummm... Está bastante grande, Luis”, te digo con una sonrisa de mujer golosa. Con una mano masturbando tu buena verga y la otra cogiendo tus bolas, acerco mis gruesos labios a tu troncón. “Dámelo en la boca, mételo, mételo”, susurro. LUIS: Poso mi mirada en tus labios sedientos de mi falo y siento el cosquilleo de tus manos acariciando mis bolas. Procedo a empujar lentamente hacia adelante, a introducir mi verga caliente en tu boca. "Mmmmm..." MARÍA: "Ummmm…" Recibo tu enorme verga con exquisita cara de golosa sedienta de leche, como un exquisito dulce de chocolate, como un rico helado refrescante, e introduzco buena parte de tu rico falo en mi boca cachonda y sedienta. LUIS: Comienzo mis movimientos lentamente, mientras tus manos me soban y aprietan las nalgas cada vez que penetro tu dulce boquita que me recibe con todo gusto. El panorama me encanta y me excita. Me excita ver cómo me mamas, cómo tu lengua recorre ese falo que pide más boca, más lengua. MARÍA: "Ummmm…" Mis manos cogen tu exquisita verga desde la base del tronco y mi boca comienza el mete y saca pausado y lento que poco a poco se va acelerando. No puedo ocultar las ganas que tengo de tu verga, de besarla, chuparla y comérmela más y más. De rato en rato, me detengo de mamarte y comerme esa deliciosa verga, y uso la lengua para recorrerla de arriba abajo, o intercambiar mordiscos en ese rico tronco y en tus bolas cada vez más gordas, que me las como una y otra vez. LUIS: "Mmmmm..." Tus atenciones, tus labios y tu legua recorriendo mi falo me tienen completamente extasiado, animado y feliz de ver cómo gozas ese falo. Al sentir los mordisquitos, me estremezco, pero continúo metiendo y sacando mi polla, a diferentes ritmos. De a ratos la dejo afuera para sentir tus manos masturbándome despacio y tus labios besándome la punta, para luego introducirlo completo. “Mmmmm… María…” MARÍA: "Ummm, qué rico", suspiro. Me sorprendes con el ritmo que le impones a mi boca, metiendo y sacando tu deliciosa barra de chocolate mientras gozo a plenitud de tu verga dura y venosa. De a ratos me la saco de la boca para masturbarte lentamente, manteniendo mis labios entreabiertos, muy cerca de tu mojado glande, como esperando que me los bañes de leche. Te miro a los ojos y te susurro: “Mi amor, métemela más y más. Quiero chuparte y chuparte”. LUIS: Con mis brazos ya cansados de sostenerme y llevar el ritmo, me dejo caer suavemente encima de ti. Recuesto mi cabeza en tus pechos, ambos jadeando, mientras busco colocarme entre tus piernas. MARÍA: Abro mis piernotas y rodeo con ellas tus caderas y te atraigo hacia mí, como deseando lo inevitable, mientras susurro a tu oído: “Bebé, quiero sentir cómo me llenas con esa buena verga”. LUIS: Mmmmm... Con cierta torpeza, me agarro el pene para buscar tu mojada flor. Mientras busco, paso mi lengua por tus labios, jadeando suavemente. La punta de mi polla siente una humedad, una calentura. Siento cómo abres tus piernas para recibirme. "Mmmmmm....." MARÍA: “Ahhhhh, siiiiii”, exclamo con sumo placer al sentir que poco a poco vas penetrando mi concha babosa. Mis manos te aprietan las nalgas haciendo que no detengas la entrada de tu falo en mí. LUIS: "Mmmmm..." Despacio, pero seguro, te penetro, poco a poco, mientras siento que tus manos se aferran a mi nalgas. Empujo, hasta que al fin entro. "Mmmmmmm..." Al penetrarte, ambos suspiramos y nos enfrascamos en un beso”…

My Ideal Person Mujer de activa imaginación erótica

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